Decía Juan Ramón: "Qué diferencia en mí, entre mi bueno y mi mejor". Entendía la vida como un camino de depuración personal, un esfuerzo por ser cada vez más puro. Ese proceso es el que le lleva también a desear ser Poesía en lugar de ser poeta, es decir, vivir y sentir conforme a lo esencial: la belleza y la eternidad, de hecho, así se titulan dos de sus obras.
Los poemas que hemos seleccionado tienen que ver con ese proceso de búsqueda de la belleza, pero también de todos aquellos valores que nos permiten a los humanos alimentar nuestro sentido de trascendencia y de eternidad.
Abajo tienes el enlace al portal de Juan Ramón Jiménez en la Biblioteca Cervantes Virtual.
A la gente le gusta también saber que le concedieron el Premio Nobel de Literatura en 1957.